El desciframiento de la escritura maya

La extinción de la cultura maya fue un suceso poco conocido hasta unas generaciones después, sin embargo ellos dejaron muchos símbolos que representaban parte de su lenguaje y también escritos o cuestiones que ellos querían transmitir o comunicar.

El desciframiento de la escritura maya

La historia del desciframiento de la escritura maya (epigrafía) conforma una urdimbre de grandes pasiones en diferentes épocas. Algunos de los protagonistas de esta aventura son Diego de Landa, Pedro Sánchez de Aguilar, Diego López de Cogolludo y Francisco Antonio de Fuentes.

En el contexto contemporáneo destacan los nombres de Eric Thompson, Sylvanus G. Morley, Yuri Knórosov, Linda Schele, Tatiana Proskouriakoff y otros.

La clave para llegar al corazón de la escritura maya se ubica en el siglo XVI, cuando Diego de Landa, primer obispo de Yucatán, elaboró con la ayuda de sus informantes un alfabeto que incluyó en su libro Relación de las cosas de Yucatán. Dicho alfabeto fue la base para los estudios que se fueron realizando posteriormente, sobre todo durante la segunda mitad del pasado siglo.

Aunque la escritura maya no está totalmente descifrada, dada su complejidad, fue Yuri Knórosov el que verdaderamente revolucionó el sistema de lectura e interpretación de los glifos al descubrir su carácter fonético, logo-silábico.

Él sentó las bases firmes para una lectura confiable, y cabe destacar que pudo llegar a esta conclusión muchos años antes de visitar la zona maya: fue su formación como lingüista lo que le permitió observar que el alfabeto de Landa tenía pocos caracteres (como todo alfabeto, por ejemplo el nuestro), mientras que los registros de escritura maya contenían miles de glifos diferentes.

A partir de 1952 Knórosov se dio cuenta de que el alfabeto de Landa era un silabario y, en 1963, presentó La escritura de los indios mayas, explicando su sistema de lectura en el marco de una discusión pormenorizada de la cultura maya… sin embargo, por décadas los especialistas del área maya se negaron a considerar siquiera la validez de las ideas de Knórosov.

La guerra fría, la desconfianza hacia todo lo proveniente del socialismo y la antipatía personal, llevaron a que el mayista más eminente de la época, Eric Thompson, refutara sus hallazgos y a que la inmensa mayoría de los investigadores lo secundara… La obra de Knórosov sufrió durante largo tiempo un abandono inmerecido. (Extraído de un artículo del arqueólogo Carlos Brockmann titulado «Selva de glifos»).

La teoría de Knórosov se sustenta en dos principios básicos: el de escrituras opcionales para los glifos y el de sinarmonía.

El primero tiene que ver con el reconocimiento de que este sistema de escritura permitía escribir de varias formas diferentes una misma palabra (lo que constituye la fuente básica de confusión) y los escribas mayas escribían glifos de manera silábica.

El principio de sinarmonía consiste en que el método maya frecuentemente repetía la primera sílaba, pero silenciando la última vocal. Este principio fue conjuntado con la escritura silábica de ideogramas o glifos de significado por sí mismos y con signos determinativos, de valor conceptual.

Es decir, los escribas tenían al menos tres opciones: glifos silábicos, glifos ideogramáticos y sus combinaciones, normados mediante los signos determinativos. Knórosov presenta el sistema de lectura, las opciones y formas utilizadas históricamente y propone un catálogo de glifos alternativo al de Thompson, elaborando la correlación entre ambos sistemas».

Aunque los trabajos de Knórosov comenzaron a editarse a partir de 1952, no fue hasta 1995 que se difundió de manera más abierta su obra, gracias a que la Universidad de Quintana Roo imprimió una recopilación de sus textos, para lo cual el propio Knórosov preparó una versión actualizada del Compendio Xcaret de la escritura jeroglífica maya descifrada por Yuri V. Knórosov, que se editó en tres volúmenes.


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