Los pueblos mayas habitaban en los bosques tropicales, actualmente ubicados en las regiones de Guatemala, Honduras y la Península de Yucatán (México).
Se organizaron en ciudades-estado, las cuales tomaban las decisiones políticas y religiosas. Como no eran un imperio unificado, no constituían la fuerza suficiente para evitar las invasiones de los pueblos vecinos.
Las ciudades eran gobernadas por un estado teocrático, las guerras que se llevaban a cabo, tenían el objetivo de capturar prisioneros para ser sacrificados a los dioses.
Su religión era politeísta. Creían en dioses ligados a la naturaleza que regían el destino de los hombres. Por ello, realizaban sacrificios de alimentos, animales y seres humanos a los dioses.
La sociedad se dividía en tres grupos principales. La zona urbana era habitada sólo por los componentes de la clase más alta: nobles de la familia real, sacerdotes y jefes militares; y los de la segunda clase: los dirigentes de ceremonias y recaudadores de impuestos. La base de la pirámide estaba formada por campesinos, artesanos y trabajadores urbanos, los cuales no poseían privilegios y estaban obligados a pagar impuestos; esta, era considerada como la tercera clase.
Poseían avanzadas técnicas de riego, de modo que su economía estaba basada en la agricultura, principalmente en el cultivo del maíz y del frijol. Así mismo, comercializaban las mercancías producidas con pueblos vecinos. Para mejorar las condiciones de cultivo y favorecer la producción del excedente, el pueblo maya desarrolló algunas técnicas agrícolas, como el riego de los pantanos, la creación de terrazas, etc.
Cultivaban también algodón, el tomate, el cacao, la patata y algunas frutas. Actividades como la caza y la pesca complementaban las actividades realizadas para la supervivencia del pueblo. Eran practicadas quemadas en busca de limpiar el terreno, dejándolo listo para la siembra.
Podemos destacar la artesanía, con la confección de tejidos y la utilización de las tintas en la ropa y en la arquitectura, con la construcción de grandes palacios, templos y pirámides. Además, los mayas trabajaban una cerámica variada y de gran calidad en la arquitectura.
Fueron los autores de un calendario complejo, pero eficiente, que marcaba exactamente los 365 días del año.
Destacaron también en la astronomía y la matemática con la creación de las cifras decimales y el valor del cero. Con la aritmética, emplearon cálculos para conocer el movimiento del sol, de la luna, de los planetas y otros astros.
Desarrollaron la escritura, sin embargo esta no ha podido ser descifrada en su totalidad hasta los días actuales.
Dejaron varias inscripciones, pero sólo tres libros alcanzaron nuestra época: el Códice de Dresde, el Códice de Madrid y el Códice de París. Estos libros fueron elaborados en una hoja de papel en forma de acordeón, hecha de una fibra vegetal cubierta con una capa de cal.