Los mayas creían que la creación se encontraba relacionada con la adivinación y la magia, y que muchas veces se referían a sus héroes y dioses creadores como adivinos y magos.
Así como los aztecas y otros pueblos centroamericanos, los mayas creían que el mundo actual sólo era la más reciente de una serie de creaciones. De acuerdo con los mitos de los mayas, los mundos anteriores murieron o fueron destruidos, uno tras otro; y así, el mundo actual también sería destruido por fuerzas sobrehumanas.
De acuerdo con el Popol Vuh (uno de las obras más importantes que recoge buena parte de los mitos de los mayas), la creación comenzó con el Dios Huracán, que estalló en forma de viento sobre el océano, haciendo que la tierra se levantara de las profundidades.
Entonces, Xpiacoc y Xmucane, «el hombre viejo y la mujer vieja», comenzaron a realizar rituales mágicos que dieron vida a las plantas, animales y, finalmente, a la raza humana.
Los dioses formaron el primer hombre a partir del barro. La próxima generación de personas fue hecha de madera, pero no tenían brillo, ni espíritu, y fácilmente eran destruidos por el fuego. En su tercer intento, los dioses mezclaron harina de maíz amarilla y blanca y así, crearon a los primeros humanos.
Los mitos de los mayas inclueyen la creencia de que los seres humanos habían sido puestos en la tierra para alimentar a los dioses. Así, los sacrificios humanos practicados por los mayas servían a este propósito. De hecho, existía un ritual en el que los sacerdotes o nobles perforaban partes de sus cuerpos y ofrecían la sangre a sus dioses.
Tales rituales, probablemente, también simbolizan la renovación y el renacimiento de las personas.
Aunque en la mitología maya también aparecen sacrificios de jóvenes doncellas y prisioneros; quienes eran ofrecidos en templos o en cenotes (cuerpos de agua en tierra).